viernes, 2 de octubre de 2009

Una piedra en el camino

Ayer salí después del trabajo a correr al parque Juan Carlos I. En principio, todo pintaba bien. Una temperatura cerquita de lo perfecto (20-21 grados), poca gente por el parque y todo el espacio del mundo para correr tranquilo, vientecillo agradable... pero apareció algo que me fastidió la carrera.

Mi objetivo era ir lento (cumplido, fui a 5,40m/km de media) y bajo de pulsaciones (150-155), pero ya al primer o segundo kilómetro me di cuenta de que no respiraba acompasadamente, que sensación más horrorosa, me ahogaba, con la nariz y la garganta taponadas. No sé si es un principio de catarro, o más bien, como imagino, el "maravilloso" aire acondicionado de la oficina que me destroza todas las semanas, pero que hace tiempo que no me afectaba tanto.


Al final, hice 12 kilómetros pero sin disfrutar como debería, iba más pendiente de mi garganta que de mi ritmo, y en las subidas lo pasaba bastante regular. Acabé más cansado de lo que debería.

A ver si hoy que descanso, me voy recuperando de cara al fin de semana, que es cuando puedo salir a correr tranquilo, por la mañana pronto, y a gusto.

2 comentarios:

  1. No todos los días son iguales, que diferencia de sensaciones con la entrada de ayer. Pero, como yo siempre digo, estos entrenamientos con malas sensaciones quedan en nuestro cuerpo, y acabarán dando sus frutos.
    Para hoy, más ánimos que ayer.
    Un saludo.

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  2. Muchas gracias.

    Supongo que correr en dias malos sirve para curtirme, pero se me hizo interminable. Hoy me toca descansar para mañana intentar subir distancia a 17-18km, aprovechando que saldré por la mañana, cuando corro más a gusto.

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