El que se fue a Sevilla...

Antes de nada, mi enhorabuena a todos los que habeis corrido este fin de semana (Pepe, Miguel, Celina, Tania, Manuel, Vicman, Dani, los Olgasitos), menudos tiempazos y que sensaciones tan buenas transmitis en vuestros blogs. Ya me dio pena no poder correr con muchos de vosotros en el CSIC.

Pero no os preocupeis, que pude llenar mi ración de entrenamientos este fin de semana. Aprovechando que tenía que trabajar ayer lunes en Sevilla, y que unos de mis mejores amigos viven allí, me fui a pasar el fin de semana con ellos, y encima vinieron otras dos parejas de amigos, con lo que el fin de semana fue fabuloso. Sevilla es una ciudad preciosa, una de las más bonitas de España, hecha para pasear sin prisas por el centro, La Giralda, Santa Cruz, Triana, el parque de Maria Luisa. Y los bares de tapas.... si hasta yo que soy vegetariano y abstemio, haciendo ejercicio, he cogido peso... Y encima hizo un tiempo excelente, de ir en mangas de camisa hasta por la noche pero sin un calor excesivo.

Mi amigo Carlos y yo aprovechamos para salir a correr los dos días del fin de semana. Y es que correr en Sevilla es una auténtica gozada en esta época del año, que no en verano.

El sábado hicimos nuestro recorrido habitual por Sevilla: salida desde el Puente del Alamillo, desde allí por la orilla del río Guadalquivir hasta la Torre del Oro, para posteriormente llegar al Parque de Maria Luisa, al cual dimos dos vueltas, y desde allí, de vuelta al punto de partida, cerca de 15km realmente agradables tanto por la compañía como por el paisaje.





El domingo nos levantamos un poco más tarde y salimos a correr por su barrio, la avenida de Kansas City (vaya nombre de calle, aunque los hay mejores: Donante de Organos-esquina con Donantes de Sangre-, Doctor Relimpio, Don Latino de Hispalis). Fuimos desde su casa al parque de Miraflores, al que dimos una vuelta larga y otra corta, en total 11km. Es un parque bastante bonito, una parte vieja muy agradable con caminos de tierra y mucho árbol, y una parte nueva más al sol, pero también muy agradable.



Cosas que he aprendido: a) correr en llano y a la altura del mar después de entrenar en las cuestas de Madrid se hace mucho más fácil, permitiéndome ir más rápido de lo habitual sin cansarme especialmente, b) el alcohol perjudica y mucho, Carlos lo pasó fatal el domingo cuando normalmente me va dejando atrás. Iba implorando parar en las fuentes y tuve que llevarle yo a ritmo algo más suave, lo cual fortaleció mi ego, c) correr con amigos sigue siendo de lo más agradable, d) correr junto a otro que lleva pulsómetro hace que dejen de funcionar bien, al mezclarse las señales de las pulsaciones. Cuando nos separábamos volvía a mis 155-165 pulsaciones habituales, cuando nos juntábamos marcaba locuras como 200, 210 pulsaciones, que viendo como iba Carlos, debían ser las suyas...

En el conjunto de la semana, 61,5 km, bien de ritmo, mejor de pulsaciones, y con la suerte de correr con amigos (Pepe y Carlos), lo cual mejoró aún más la experiencia y el disfrute.