Tras viajar cómodamente en tren el sábado a primera hora de la mañana hacia León, me encuentro con Satur y Ángel (con Esther y el chaval más encantador del mundo, su hijo Ángel) nada más salir del hotel, al poco llega Abe con Tabitha, poco después Sonia y Ángeles.
Nos vamos paseando a la feria del corredor, a recoger el dorsal (el mío, bonito número, 818), y nos sacan una preciosa foto grupal. Al poco, saludamos a Tecolinha.
Ah, se me olvidaba, todo ello con un tiempo espectacular, que nos ha acompañado todo el fin de semana, ni una nube, 15-20 grados a media tarde, una pasada, vamos.
Tras unos cuantos pinchos, comida reparadora y muyyyy abundante en casa de Satur y Ángeles, y tras la comida, un largo y agradable paseo por el casco antiguo de León, una ciudad preciosa que no conocía y que me ha encantado. Unas últimas tapas, acompañados por Mauri y Ana, y al hotel a descansar. Que vaya paliza de piernas de estar todo el día por ahí. Mi tobillo me estaba diciendo de todo.
El domingo, tras dormir nueve horas del tirón (se notaba que estaba cansado), paseo con Abe y Angel hacia el estadio Hispánico. Allí nos encontramos con Satur, Sonia, Mauri y el resto de los componentes del Nunca (Amador, Lorenzo, Manuel, Maria Eugenia, Miguel), y tras dejar la ropa en el ropero (por cierto, excelente organización en toda la carrera), nos vamos hacia la salida.
Y a las 10,30 de la mañana, bajo una niebla que se va disipando y que dará paso a un sol espléndido que me ha dejado bien moreno, empezamos a correr.
Mi estrategia de carrera era inicialmente ir a un ritmo cercano al de la maratón, que el tobillo me sigue pidiendo paz y dando guerra, y prefiero no forzarlo. Así, he salido cómodo, sobre todo con el atasco del primer kilómetro (a 6m/km), que a los 300 metros de la salida había que andar por un estrechamiento de calzada en una glorieta. Desde ahí se corría estupendamente, sin ningún frenazo, con espacio de sobra para correr cómodo y sin apreturas.
Viéndome bien, he ido poniendo un ritmo un poco más rápido del previsto, pero sin forzar, a 5,20m/km en los primeros kilómetros de subida gradual (que no de cuestas), dejando que se fuera el globo de las 1h50, disfrutando del paisaje, de un agradable paseo por el centro de la ciudad, el Parador, y la orilla del río. Primer parcial de 5kms en 27,30.
Tras pasar la única cuesta de verdad del recorrido, bajada gradual de vuelta hacia el Mussac (que mira que debe ser fácil de ver con lo colorido que es, pero no lo he visto). Camino hacia el centro, hasta que del km 9 al 10 uno se va adentrando en el casco antiguo, la muralla, y la subida hacia la majestuosa catedral, donde está el km10. La parte más bonita del recorrido, sin duda, llena de público, y de una belleza impresionante. Este parcial de 5kms, en progresivo gradual, me sale en 26,41 minutos.
Del 10 al 15 se va saliendo del centro hacia el parque de la Candamia, por barrios más tranquilos y residenciales. Me tomo un gel, y sigo a mi marcha, ya con el sol molestando un poco, pero sin ser un impedimento. Parcial de 5kms en 26,32 minutos, eso sí, "perdiendo" unos 10 segundos por pararme a saludar a Ángeles, justo pasada la catedral.
Entrando ya en la Candamia, allá por el km 16, de repente, me encuentro a sentir muchísimo mejor (tampoco es que fuera mal, la verdad), y me voy animando a poner un ritmo más fuerte, sobre todo motivándome al ir adelantando corredores y al ver que el tobillo me había dejado de molestar. Un gustazo, acelero y me hago el parcial de 5kms en 25,52.
El último kilómetro tiro a tope, a ver si bajo, ya puesto mi MMP del año, que era de 1h52m27s en Santa Pola, sufriendo un montón ese día. Me hago el último 1,100 adelantando corredores, disfrutando del momento, entrando feliz en el estadio y a 4,36m/km de media...
Mi tiempo en meta, 1h51m40s, mejor marca del año, con unas pulsaciones muy decentes, sin sufrir, disfrutando y pasándomelo bien todo el tiempo. Mi carrera ideal, mucho mejor de lo esperado.
Tras llegar a meta, encuentro en el césped del Estadio con los amigos del Nunca, disfrutando de la compañía, del solecito, y encantado de ver el tiempazo que se ha marcado Sonia, que os cuente ella, pero algo impresionante...
Vuelta al hotel, ducha reparadora, y a comer a un pueblo cerca de León, así, hasta las 6 de la tarde, que cantidad de comida, madre mía. En mi caso, mi menú vegetariano podrían haber comido tres personas sólo con lo mío. Charla amena y divertida, un lujazo.
Vamos marcando planes. Mi Mapoma ya está decidido, lo voy a hacer pegadito a un hombro de Satur, acompañado de Sonia (pegadita al otro hombro de Satur), eso sí, sin hablar, que nos regaña el jefe... Y ya veremos Málaga a finales de año...
Despedida de toda esta buena gente, que acogida, fabulosa, uno se siente como en casa. Muchísimas gracias a todos. Un rato en la estación de tren con Satur, y de vuelta para Madrid, encantado de este fenomenal fin de semana.