Y eso que el resultado de mi carrera en Villaverde a simple vista puede parecer una birria, 2.06.27 (a mi me salen en mi reloj 2h06m.07s por lo que se tarda en cruzar la linea de salida), muy lejos de mi objetivo. Pero estoy más feliz que unas castañuelas, porque ha sido una carrera de coraje y garra, en la que mi mente ha demostrado que ha podido ampliamente a mi cuerpo, y eso me ha dado una confianza brutal. Os explico.
Antes de nada, me he enamorado del ambiente pre, durante y post carrera. Que maravilla, ha sido fabuloso, la organización fenomenal (aunque he echado de menos algo más de agua, sobre todo en línea de meta), los voluntarios animando, bastante público, una fiesta. Y hemos corrido más de 900 locos (el año pasado eran unos 500), en un día un pelín caluroso para mí pero para nada asfixiante. Creo que me vais a ver en bastantes carreras....
La carrera ha empezado fenomenal. Los dos primeros kilómetros, en bajada, ideales para ir cogiendo ritmo, y para ir permitiendo abrirse distancias entre corredores. De ahí, al río Manzanares, un bonito paseo (un pelín estrecho en algunos tramos, pero cómodo y agradable) por las márgenes del río, arriba hasta la Caja Magica, de vuelta, y de ahí hasta el final de Villaverde al Sur. Hasta el 10,5 aproximadamente hemos ido por el río, y me he sentido fenomenal de fuerzas y moral. Los 5km los he pasado en 26,30, los 10km en 53 minutos. Me iba dejando guiar por una pareja de chavales que iban a un ritmo que me venía bien.
Saliendo del río, entramos en la primera gran cuesta, la que da acceso a la calle Berrocal, ahí ha habido unos cuantos cadáveres, yo seguía bastante cómodo, adelantando corredores. Pero, llegando al km 12, yo seguía en 5,20 por km, tan a gusto, nada cansado, y... justo en el cartelito me ha dado un pinchazo terrible en la cadera, que me ha obligado a andar un rato porque iba medio cojo.
La verdad es que llevaba ya varios días con molestias en la cadera, incluso pensé en no correr, pero como ayer me sentía mucho mejor, pues me lancé. Por un momento he pensado en abandonar, pero entre que estaba lejísimos de la meta al no ser circuito, y que me he dicho, "vamos, jan, anda un rato y a ver si puedes seguir, que estás preparado", pues he seguido a duras penas.
Hasta el km 17 he ido alternando carrera lenta con ratitos de andar en las cuestas más duras. Allá por el km 15 casi beso a una voluntaria maravillosa, que me ha dado el mensaje que esperaba oir "agua a 200 metros"..., y a una pareja de corredores bien mayores que me han animado a seguir en el km 16. Curiosamente, iba bien de pulsaciones y físicamente, pero seguía el dolor intenso de los músculos de la cadera.
Y en el kilómetro 18, tras pasar por la Gran Vía de Villaverde (donde ya podían poner algún arbolito, como pegaba el sol) y la Dehesa Boyal, cuando peor lo estaba pasando, tan cerca de la meta, pero tan lejos de ella a la vez, han aparecido de la nada mis salvadores... Un grupo de 4-5 corredores (Javi, Alvaro, etc) que iban ayudando a una chica, Eva, a hacer su primera media -y que la ha acabado de maravilla, hablando cómodamente y dando ánimos al resto-, con un objetivo de 6 minutos por km, a los que me he podido pegar como una lapa. Con la ayuda del ritmo que iban regulando los más expertos, he podido correr los últimos y durísimos 3 kms sin volver a parar, a buen ritmo, y sintiéndome feliz, orgulloso de mi mismo, de haber sobrellevado los malos momentos. Hasta se me han olvidado los dolores.
El último km ha sido mortal de necesidad pero maravilloso, se enlazan dos subidas brutales (al menos cuando uno lleva 20kms corriendo), una primera de unos 300 metros en dos fases, y la subida final a meta en la que iba flotando y lleno de emoción y satisfacción por haber podido acabar.
Con el agotamiento y la emoción de la meta, no he podido ni siquiera dar las gracias a mis salvadores. Por si alguno leyera esto, perdonad mi mala educación. Sin vosotros no sé como hubiera acabado, la verdad, gracias de todo corazón.
Y la cadera, que tal? Pues ahora mucho mejor, me molesta pero ya no me duele apenas, a ver si para el martes o miércoles puedo salir a trotar muuuy suave. Por ahora sigue en pie la Media de Moratalaz del domingo que viene (solo los primeros 12kms y suave),a expensas de como me vaya sintiendo. Las próximas semanas toca plan suave hasta que cesen mis dolores, iré por si acaso al médico para que me vean.
En resumen, al final, en mi primera Media llegué en el puesto 741 de 777 corredores en la clasificación oficial
http://www.admarathon.es/resultados09/mmvillaverde/general.pdf , pero más contento que si hubiera llegado el primero. Ha sido una experiencia maravillosa, he descubierto en mí recursos y fuerzas que no sabía que tenía, he vivido momentos muy duros, pero los he sabido llevar y sobreponerme a ellos. Y he descubierto el placer de correr al lado de otros 900 campeones, porque todos los que corremos lo somos, no sólo los que ganan las carreras. Y la solidaridad y el apoyo entre corredores me ha emocionado. Y aunque sea una pena no haber conseguido una mejor marca, lo que he aprendido hoy de mi mismo en algo más de dos horas merece más la pena que todas las grandes marcas que uno pueda conseguir.
Como dice el título de la entrada, no puede haber nadie en este mundo más feliz que yo en este momento.
Postdata: acabo de descubir en Internet dos fotos mías llegando a meta, procedentes de la excelente página
http://forofosdelrunning.com/mkportal/modules/galeria. El sufridor del dorsal 395 soy yo, a punto de desfallecer... Si llego a saber que había cámaras, hubiera intentado sonreir...