Haciendo un favor a los de Getafe

Esta mañana, por motivos varios, me he cogido el día libre, y aprovechando que tenía un rato, me he dispuesto tan contento a hacer un rodaje suave tras dos días de descanso.

Me las prometía tan feliz... Pero no contaba con el tiempo.

Cuando he bajado a la calle, llovía tímidamente y hacía frío. 2 grados en los termómetros de las marquesinas de autobuses. Pero eso no es problema, he dicho, con gorra, buff, guantes, cortavientos y mallas a la rodilla todo solucionado. Empiezo a correr, disfruto, el tobillo apenas me molesta.

A los diez minutos ya no llovía, diluviaba... Sigo corriendo arriba y abajo por el barrio, aunque disfruto algo menos, pero, bueno, a ver si para.

A los veinte minutos ya no diluviaba, ahora caía aguanieve a lo bestia y con viento, y la marquesina marcaba 0 grados. Costaba correr, las piernas estaban heladas. Ya no disfruto tanto, la nieve es preciosa pero vista desde la ventana.

A la media hora iba empapado, helado, calado hasta los huesos, con los pies llenos de agua de pisar charcos, un espectáculo, vamos. Echo de menos mi casa, calentita, con calefacción. Disfrutar, qué es eso...

A los cincuenta minutos ha parado de nevar y de repente ha salido el sol. Oh, que bonito... Unos minutos de tregua, que bien, a ver si aguanta y sigo un rato más. Me quito los guantes y el buff.

A la hora se ha quitado el sol y se ha vuelto a nublar, con el cielo negro negro. Me vuelvo a poner los guantes y el buff.

A la hora y diez minutos ha vuelto a llover... y aprovechando que estaba cerca, me he ido para casa. Con hora y cuarto ya he cumplido por hoy, y en el fondo, extrañamente, me lo he pasado bien, superando tantas inclemencias.

No me ha molestado el tobillo, a pesar de los charcos, agujeros, aceras resbalosas y rayas blancas de las calles. Aunque he tenido que ir con mil ojos.

Ahora miro desde la ventana y hace sol entre nubes...

Espero haber quitado el mal tiempo a los que corréis la media de Getafe del domingo. Que no sea porque no lo he intentado, eh... que me lo he zampado yo todo (siempre vegetariano, eso sí).

Canción del día: Lou Reed- Caroline says (II) posiblemente, la canción más desoladora del disco más triste de la historia de la música, Berlin, de Lou Reed, publicado en 1973. Un disco terrible, frío, duro, lleno de dolor y rabia, que narra la vida de una pareja inmersa en el mundo de las drogas, los malos tratos y la depresión, vamos, que no estamos en el jardín de la alegría precisamente. Pero un disco que tiene canciones increíbles como esta, con una letra asombrosa en su dureza y una instrumentación excelsa. Mi álbum preferido de Lou Reed, sin duda, junto a Transformer y el primero de la Velvet Underground.

She put her fist through the window pane
It was such a funny feeling
It's so cold in Alaska