Un bonito rodaje por el río Ebro

Esta mañana, dentro de mi periplo viajero de esta semana, he tenido el placer de correr por Zaragoza.

Hacía una mañana estupenda, sobre todo teniendo en cuenta que por la noche llegué desde Pamplona, donde había caído una fuerte nevada toda la tarde. Hacía fresco (3-4 grados), pero la mañana ha sido soleada y preciosa. Eso sí, en Zaragoza, el viento cuando pega, pega de lo lindo.

En la oficina me había aconsejado un compañero un recorrido bonito desde el hotel en que me alojaba hasta el río Ebro y luego por su cauce. Me ha encantado.

Ya en el km1 he cogido un camino de tierra por el río Huerva. Desde ahí, tras pasar un puente por debajo de la carretera, he llegado a la orilla del río Ebro, y luego he corrido por el Camino Natural de la Alfranca, un camino de tierra muy agradable con el río a un lado y campo y tierras de cultivo al otro. Al llegar a una fuente, he visto que llevaba media hora corriendo, y me he dado media vuelta para ir al hotel. Lo más curioso es que, saliendo del mismo centro de Zaragoza, haya corrido por el campo...

He corrido muy cómodo, casi todo el camino era de tierra y piedras finas, y me he beneficiado claramente de la menor altitud de Zaragoza. Se nota la diferencia entre correr por Madrid a 700 metros y correr en Zaragoza a 200. De hecho, he ido metiendo velocidad a medida que comprobaba que iba bajo de pulsaciones (el planteamiento de hoy era una hora de rodaje suave en torno a 155 pulsaciones de media, con algunos cambios de ritmo al final, se ven en la gráfica). Y sí, reconozco que al final me he emocionado un poco y me han salido 11 kilómetros en una hora y dos segundos :) a 160 pulsaciones de media, a 5,27m/km. Pero es que iba tan a gusto, eso sí, el viento de cara ha empezado a soplar al poco de dar la vuelta y cómo se ha notado...

Después he vuelto al hotel, ducha, traje y corbata, y a la oficina a pasar un divertido día de reuniones. Acabo de llegar a Madrid, cansado. Mañana por la tarde, lo más duro de la semana, sesión de cuestas...