Mi mejor Mapoma como preludio a los Peregrinos

Ayer tuve la suerte de compartir un buen rodaje largo (mi cuarto Mapoma y séptima maratón) con Ruth. Correr una maratón con una de mis mejores amigas, una de las personas a las que más quiero, ha sido una experiencia genial.


Tras el encuentro habitual con los amigos (cada vez somos más, si no, mirad la foto sacada por las Gacelas...), cambio de ropa y a correr.

Iba a ser un entrenamiento para los Peregrinos la semana próxima, pero al final fuimos algo más rápidos.

Nunca he tenido mejores sensaciones en una maratón. El frío ha ayudado mucho. Y sobre todo la buena compañía. Hasta bien pasada la media (en 1h59) y bien entrados en la Casa de Campo, de cháchara todo el rato, se nos pasaban los kilómetros sin darnos cuenta. Sin ninguna presión y sin mirar el reloj se corre fenomenal.

Ruth cumplió al final su objetivo de bajar de cuatro horas, y eso que está lesionada, corriendo de menos a más. En mi caso, recortando un km neto en la Casa de Campo para esperarla y seguir con ella, y ya algo más lento en los últimos kilómetros por unas molestias en el costado, he podido incluso correr dignamente casi toda la subida final desde el Puente de Segovia a meta. 4h02m para sólo 41,2kms. Ay, si lo sé, hago todo el recorrido y estaríamos hablando de una MMP :)

Las piernas hoy están como nuevas, ni una molestia.

Para los que me diréis que parece que tal y como lo cuento, una maratón es algo fácil, un paseo... No lo es, que va, hay que entrenar y mucho. De hecho yo sufro mucho más entrenando que corriendo. Pero sí, ayer, a ritmo cómodo, pasé cuatro horas divertidas y sin sufrimiento ni nada de ese toque épico que tanto suele gustar.

Y este sábado, a por los 101 Peregrinos. Otra bonita aventura de la que sí prometo crónica larga!!!