De vuelta a la rutina

Se acabaron las vacaciones. ¡Qué bien se está en el pueblo! entre amigos, disfrutando de charlas sin prisas, de paseos tranquilos, incluso corriendo un rato de vez en cuando. Y el tiempo ha respetado bastante, ha llovido pero casi siempre de noche.

Lo de que mis hijas se vayan haciendo mayores, trece cumplió Celia el pasado viernes, tiene su lado bueno. En el pueblo hacen su vida, salen con sus amigas a todas horas, y eso me deja tiempo libre para poder salir a correr si se tercia.

Al final salí el viernes y el sábado, obligándome a no hacer más.

El viernes, tras la siesta, una hora por la carretera que va del Burgo a Valdelubiel y media vuelta, 12kms en poco más de una hora, a muy buen ritmo, curiosamente casi mejor a la ida en subida que a la vuelta en bajada, claro que hacía un viento impresionante, y al ir, con el viento de espalda parecía que volaba, pero, claro, a la vuelta, costaba un triunfo dar zancadas.

El sábado, a la misma hora, un rodaje bastante más tranquilo por las calles del Burgo y dos vueltas al paseo de la Guera por el río. 55 minutos por un camino precioso. Una maravilla.

Esta mañana tenía previsto salir por última vez, pero mis hijas me han convencido para ir con ellas a dar un paseo en bici, no tanto por amor paternal sino porque sus amigas ya tenían cole hoy... Con lo que he salido al llegar a casa, ya en Madrid, por el barrio y las cuestas de Conde Orgaz, volviendo a sufrir el efecto alergia y el tráfico madrileño, pero bien de piernas y fuerzas.

Y mañana a currar.... buaaaaahhhhh