Lo nunca visto

Esta tarde me había planteado hacer una tirada de en torno a 20kms con cuestas. Parecía que salía el sol, incluso pensaba, uff, que pereza de sol...

He salido bien, cómodo, subiendo desde casa hasta Arturo Soria (pasando por mi antiguo hogar), y desde allí subida hasta Conde Orgaz. Y justo ya bajando Carondelet, me ha caído la primera tromba de agua con viento, casi tres kilómetros en los que más que correr, patinaba, empapado hasta los huesos, que manera de llover... Y encima, por unas calles que como son poco transitadas, no tienen muy buen alcantarillado, y menudos charcos, eran piscinas, a punto de matarme dos o tres veces. Mucho peor que la Behobia, que Benidorm, esto era el diluvio universal.

Ya subiendo por la calle de los Madroños, parecía que se iban las nubes, hasta ha salido el sol, claro, de cara y sin dejarme ver. A todo esto, yo sin gafas, que iban de agua perdidas y no veía nada de nada... Ni la gorra me ha salvado.

Todo se tranquiliza subiendo hacia Arturo Soria por el Liceo Francés (pedazo cuesta), las piernas fenomenal, el tobillo un poco quejoso de tanto resbalón, el cuerpo helado pero calentándose poco a poco.

Me dispongo a bajar hacia el barrio, calculo que recogeré el Aquarius que había dejado prudentemente en el parque allá por el km 14 y como me veo bien, pues nada, haré los 20kms propuestos.

Pero no, llegando al parque, me cae la segunda tromba de agua, aún más bestia que la anterior, y con viento, se me han quitado las ganas de seguir. Y al paso por casa, harto, me he parado, he estirado en el portal, para sorpresa de mi vecina, y me he subido a calentarme, hasta las narices de tanta agua, totalmente calado y medio helado. Que no tenía sentido ponerme enfermo por cabezón a tres semanas de Mapoma.

Han sido, eso sí, hasta ese momento 15kms a un ritmo muy bueno y unas pulsaciones estupendas, claro que iba bien fresquito.

Lo que más me fastidia es que diez minutos más tarde se han ido las nubes y se ha quedado una tarde estupenda.

Esto reclama venganza.

Canción del día: Israel Nash Gripka- Drown, preciosa canción de este compositor estadounidense, en una onda a lo Neil Young o John Fogerty al principio, con más influencias folk y country actualmente, y con una voz preciosa, de su reciente disco, Barn doors and concrete floors.