Pensamientos bajo la nieve

¿Por qué soy el único que ha salido a correr esta tarde por el barrio, nevando y con 2 bajo cero?

Otros días me cruzo con cinco o diez corredores habituales por las calles de alrededor de mi casa, hoy iba yo sólo. ¿Seré el más pringado? ¿Un valiente? ¿Un loco? Pero el caso es que ha sido un rodaje precioso, los copos de nieve cayendo lentamente son una visión maravillosa.

No he pasado frío, ya que iba bien abrigado con mi indumentaria de invierno, que será poco fashion (la mezcla de la gorra para evitar la nieve/lluvia con el gorro para tapar el cerebro y las orejas y el buff verde de Tordesillas en la garganta debe hacerme parecer un alien a los viandantes -no pienso poner fotos-) pero protege del fresco que es lo importante.

Corriendo con mucho cuidado y concentración, eso sí, para evitar resbalones en aceras, bordillos, calles a oscuras, y sobre todo, las rayas blancas de pasos de cebra y las miles de tapas de esas de luz, agua, gas o teléfonos que hay en el suelo de Madrid, pero disfrutando de la nieve fina y de unas muy buenas sensaciones.

Salí para hacer 45 minutos, pero al final he hecho 70, a un ritmo cómodo, el habitual de entre 5,25-5,30m/km, el que más que posiblemente sea mi ritmo en Castellón si todo va bien.

Canción del día: Sodastream- Firelines, uno de mis grupos favoritos, los ya desaparecidos Sodastream, un duo australiano practicamente desconocido que hacía un pop melancólico perfecto. Sus discos Reservations o A Minor revival son joyas de la música de la última década.