Como un niño con zapatos nuevos

Hace un rato he salido a correr muy muy muy suave tras la paliza del domingo en la media maratón de Villaverde. La cadera apenas me molestaba esta tarde y tan sólo me quedaban unas pocas agujetas y ligeras molestias en los muslos. En todo caso, he pedido cita con el fisio para finales de semana, que ya uno tiene cierta edad y tiene que cuidarse y vigilar lo que le queda de cuerpo.

He corrido 50 minutos a ritmo lento para soltar las piernas y volver a sentirme un corredor en activo. Al empezar tenía cierto temor por si me resentía de nuevo y he ido con mucho cuidado, entre 6,10-6,30m/km, pero al ir tan cómodo, he ido subiendo un poco el ritmo, sin pasarme, para acabar los últimos kilómetros algo por debajo de los 6m/km. He ido muy bien de pulsaciones, 155 de media, que para mí está fenomenal. Y sobre todo, he disfrutado del aire fresco y de la relajación y satisfacción de correr. Hubiera seguido, pero me ha parecido preferible ser prudente despues del último susto.

Pero lo que realmente me ha maravillado, y todavía me tiene sorprendido es que, después de correr, estirar y ducharme, me ha dejado de doler la cadera, se me han quitado las agujetas, y me siento como nuevo... Menuda inyección de moral me han metido esta salida y estas sensaciones. Quizás parte de mis dolores desde el domingo provenían de la tensión de ver como reaccionaría el primer día de entrenamiento tras la carrera de Villaverde, y al darme cuenta de que todo ha ido bien y sin dolor, es como si me hubiera quitado una losa que me aprisionaba. La verdad es que nunca dejará de sorprenderme el poder de la mente sobre el cuerpo.

Y así que más feliz que un niño con zapatos nuevos, me dispongo a cenar como un campeón, porque me lo merezco... :)

Y el domingo, si todo sigue así, deseando correr con algunos de vosotros la primera parte de la media de Moratalaz.