Me he hecho pupa

Esta mañana, tras dos días de descanso, el rodaje ha sido una gozada. Casi una hora a buen ritmo y con excelentes sensaciones, desde casa al Retiro y de vuelta.

Bueno, hasta el momento en que, nada más acabar, y en el trote a ritmo de tortuga de recuperación y en la misma puerta de casa, he aterrizado de forma brusca, tras estamparme contra el suelo, gracias a un alambre en forma de aro tirado por ahí, que al enrollarse en mis piernas, me ha ayudado a darme un castañazo de los gordos gordos. Pedazo leche.

Afortunadamente, aunque aparatoso, el golpe no ha sido importante, tan sólo unos cuantos rasguños en la pierna izquierda y en ambas manos, algún moratón, y lo más escandaloso (pero no duele), una herida de tamaño estratosférico en el codo izquierdo producida al quemarme en mi caída contra el asfalto.

Tras curarme la herida y vestirme de gala, he ido a la comunión de mi hija Lucia (dado mi acendrado ateísmo, un acto social muy curioso), que ha podido fardar de padre maratoniano herido en combate... Y sí, Lucia iba guapísima.

Canción del día: Camel- Rhayader goes to town. Uno de mis grupos favoritos, en su obra más emblemática, The Snow Goose, una obra maestra del rock progresivo más suave y emotivo de los 70. Esta toma en directo, con acompañamiento orquestal, es una maravilla.