Tras las cuestas, las cuestecillas

Tras cuatro días seguidos, ayer tocaba descanso. Y además hacía ya demasiado calor para salir por la tarde. Por ello, decidí esperar a esta mañana. Aunque claro, de madrugada, mis ganas de investigar caminos nuevos se reducen a cero o pasan a negativo. A las 6 de la mañana pensar en innovaciones se hace muy difícil.

Así que a las 6:15, con 22 grados en los termómetros, he ido desde casa a Arturo Soria y todo para arriba, tobogán viene, tobogán va, hasta la Red de San Luis, notando mucho menos tráfico del habitual (se notan las vacaciones) y la total ausencia de otros corredores, hoy no he visto a ninguno en una hora. Media vuelta y para casa por el mismo camino.

Lo peor, los primeros diez minutos, en los que las piernas no tiran y tu cabeza te pide volverte a casa a la cama, con la sed que entra y la boca seca que se te queda al correr a estas horas.

Lo mejor, que después de las últimas palizas de cuestas por la Casa de Campo, las cuestecillas de hoy se me han hecho muy llevaderas, y que después de correr a 30 grados, hoy los 22 se me han hecho casi hasta fresquitos.

Canción del día: Jordi Savall- Une jeune fillette (una joven), nunca he sido muy amante de la música clásica, pero albergo en mi corazoncito un hueco para la música medieval antigua, que empecé a apreciar, entre otras, con la banda sonora de la pelicula Tous les matins du monde, a cargo del gran Jordi Savall. Esta versión de una canción popular es una obra maestra.